BIENVENIDOS A SYMART
El Equipo de SymArt te da la bienvenida a un espacio creativo
dedicado a la fotografía y el fotógrafo amateur.
Vivir la fotografía de una forma diferente
implica armonizar el arte y la creatividad, con la libertad de expresión y el respeto absoluto por el autor y su obra.
Nos mueve una incondicional pasión por el mundo de la imagen.
Si sientes nuestra idiosincrasia como propia, te invitamos a compartir experiencias participando en nuestras redes sociales y en la elaboración de nuestra revista.
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Editorial Magazine nº 51
Mayte Muro
Cuanto más leo en relación a lo que se supone que puede considerarse una buena fotografía, más me convenzo de que hay tantas definiciones, conceptos e interpretaciones, como fotógrafos en el planeta. Y al final, todo apunta a que en la subjetividad reside la respuesta o múltiples respuestas a esta sempiterna cuestión.
Todos sabemos que no es lo mismo una buena fotografía que una foto bien hecha; el eterno debate entre la técnica y la calidad está servido. Pero me voy a centrar en el concepto de “Buena Fotografía”.
Algunos piensan que una buena fotografía es aquella que transmite el mensaje que su autor quiere hacernos llegar. No hace falta que ese mensaje nos guste, ni hace falta que compartamos la visión del fotógrafo, pero en tanto que la fotografía es un lenguaje, tiene sentido valorar una imagen por su capacidad para comunicar las intenciones de su autor, para hacernos sentir lo que él pretendía que sintiéramos. Otros, en cambio, son más técnicos y consideran que debe reunir, en conjunto y no en forma aislada, características como una composición hábil, una estética atractiva, un contexto definido, una idea interesante y un estilo visual distintivo de su autor.
Presentación de Fotógrafos en el Magazine Nº 51
Pedro Luis Ajuriaguerra
«Depredador de instantes»
Isis Bañó Alba
«Un punto de nostalgia reflexiva»
Mª Luisa Milla Moreno
«En algún lugar, ahí fuera…»
Fotografías Destacadas «SYM»
Un paseo por la excelencia fotográfica
en SymArt Magazine Nº 51
Patxi Pérez
Regresamos a esta sección de “Fotografías Destacadas” con 17 trabajos de temática diversa, que han sido considerados por nuestro Equipo como fotografías dignas de ostentar nuestro Galardón “SYM”, y ser presentadas en el Magazine bajo este epígrafe.
Cuestiones como una composición hábil, una estética atractiva, un contexto definido, una idea interesante o un estilo visual distintivo de su autor, son aspectos que ayudan a modelar una buena fotografía y no pasan desapercibidos en nuestra selección.
Los autores que hoy os presentamos, son fotógrafos amateurs y sus trabajos, el resultado de muchas horas de dedicación a esta afición fotográfica que compartimos. Observar, leer, documentarse, experimentar, formarse, mirar mucha fotografía… Al final, cualquier esfuerzo se ve recompensado en forma de fotografías que colman nuestros anhelos, y no dejan indiferentes a quienes las contemplan.
Vamos pues, con una nueva entrega de fotografías que han llamado nuestra atención.
¡Disfrutadlas!
Grandes
Maestr@s
de la
Fotografía
Jacques Henri Lartigue, el «
Efecto Lartigue»
David Santaolalla
«Ser fotógrafo es atrapar el propio asombro» – J. H. Lartigue –
¡Qué le voy a decir yo del niño, siendo yo su madre! Pues que era un amor. La verdad es que Jacquou (así es como le llamábamos en casa) fue un niño movido. Ahora le llamarían “hiperactivo”, pero lo que tenía era una gran inquietud por investigarlo todo. Solo se tranquilizaba cuando le poníamos a dibujar. Y no lo hacía mal del todo.
Ya les he dicho que yo soy su madre, Marie Eugénie, llámeme simplemente Eugénie o Génie, como me llaman los amigos. Mi familia, como la de mi marido Jules, siempre han vivido bien sin ser ricos ricos, pero bien. Jules ganaba un buen sueldo de banquero y por su trabajo nos tuvimos que mudar a Paris cuando Jacquou tenía cinco años. Un par de años más tarde, Jules le dio al niño una de sus cámaras de fotos. Es que a mi marido también le apasionaba la fotografía, aunque no se dedicó en serio, como el niño. Era una de las viejas que tenía, que iba con placas de cristal y resultaba muy pesada. Pero a Jacques le hizo mucha ilusión y se dedicó a fotografiar todo lo que pillaba. Quería guardar recuerdos de cada momento de su vida. Hoy, con eso de los móviles y los selfies, se volvería loco.
Espeleotemas
«Iluminando una singularidad subterránea»
Texto y fotografías: Íñigo Gómez de Segura
Siempre me ha parecido que el nombre “espeleotemas” no hace justicia al fantástico conjunto de formaciones subterráneas que representa. Bajo esta denominación incluimos un amplio abanico de construcciones minerales que surgen en el hábitat cavernícola, fruto y consecuencia de una amalgama de procesos concatenados que florecen en lentos y sucesivos pasos. Es por ello, que estas “formaciones” configuran una maravillosa singularidad múltiple que vamos a desgranar en este artículo.
Los espeleotemas, como todo, tienen un origen, una fuente, un germen que constituye su primera singularidad. Quizás os sorprenda saber que la causa raíz de estas estructuras es un entorno marino. Os situaré momentáneamente en un mar tropical de hace millones de años. Un entorno repleto de savia vital donde numerosas formas de vida dotadas de concha desarrollan su ciclo biológico. Cuando este ciclo de vida termina, esas conchas y esqueletos minerales quedan depositados en el fondo marino, conformándose así sedimentos enormes de carbonato cálcico, que es el componente principal de estos caparazones minerales.
A lo largo de millones de años, este apilamiento se va repitiendo, y las especies conchícolas cambian y evolucionan, junto con esos mares y sus características. Así, toneladas de restos carbonatados van quedando enterradas sobre nuevos sedimentos y comienza el mágico proceso de fosilización. Mediante este, esas enormes acumulaciones de cadáveres minerales se transforman en roca caliza, que queda allí atrapada bajo un mar que continúa su evolución permanente.
El siguiente paso en el milagro de la génesis de los espeleotemas lo constituye su singularidad geológica
. Y es que algo debió de ocurrir para que aquellos depósitos calizos atrapados bajo el mar terminaran en nuestras montañas, sirviendo de matriz donde las cuevas serían excavadas. Este prodigio se lo debemos a la “tectónica
de placas”. Tened en cuenta que la corteza terrestre es, en realidad, un número limitado de placas de material sólido que flota en el planeta sobre el magma líquido inferior. Estas placas sólidas conforman la tierra firme
y el fondo marino y no están fijadas a ningún sitio, flotando sobre el magma libremente como si fueran barcas a la deriva. En este baile continuo, a veces las placas chocan unas con otras de forma violenta, resultando
fenómenos de compresión y deformación que son capaces de elevar los fondos marinos y convertirlos en cadenas montañosas. En uno de estos vehementes choques, esa caliza submarina fue elevada y retorcida conformando una
nueva cordillera de naturaleza calcárea, compuesta principalmente por los esqueletos minerales fosilizados de aquellos organismos marinos originales.
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